Si tienes que viajar durante la pandemia, así puedes hacerlo de forma más segura
¿Tienes pensado irte de vacaciones? Estos profesionales de la medicina te explican las prácticas óptimas en restaurantes y aseos públicos.
POR JOHANNA READ
hay maneras de disminuir el riesgo al viajar. Ya vayas en coche o en avión, estas son las cosas en las que debes fijarte y otras por las que no tienes por qué preocuparte.
Cómo llegar a tu destino
Si tu viaje es esencial y ya mantienes la distancia social y llevas mascarilla, es posible mitigar (aunque no eliminar) los riesgos de la COVID-19 durante el trayecto. Los viajes más seguros son aquellos en los que puedes evitar a otras personas en la medida de lo posible.
Una de las formas más fáciles de alejarte de otros humanos potencialmente infectados es evitar el transporte público. Si vas en coche, conduce directamente a tu destino haciendo las paradas mínimas.
Si vuelas, hazlo de forma más segura: como con cualquier actividad que te acerque a otras personas, volar entraña más riesgos que conducir. Sin embargo, las zonas de seguridad y de embarque son más preocupantes que los propios aviones, debido a los filtros HEPA que capturan un 99 por ciento de los microbios y a la nueva desinfección electrostática. Aunque los pasajeros y el personal del avión deben llevar mascarilla, lo idóneo es que te preocupes más por mantener los dos metros de distancia en las colas de los aeropuertos que por estar en el asiento del medio.

«Elige un asiento de ventana lo más lejos posible del baño», recomienda el Dr. Farley Cleghorn, director de Palladium, una consultora internacional. «Mantén la ventilación abierta y orientada hacia la cara: el flujo de aire continuo crea una pequeña “pared” invisible que restringe (al menos ligeramente) el aire exhalado por otros pasajeros», afirma. Desinféctate las manos después de sentarte y de nuevo antes y después de tocarte la cara, como cuando te quitas la mascarilla para comer.

Aunque las aerolíneas presumen de sus mejoras en limpieza, investigaciones recientes sugieren que los empleados de limpieza suelen tener que trabajar de forma precipitada y desabastecidos. Así que trata todas las superficies que toques (el reposabrazos, la bandeja, etc.) como si fueran radiactivas y límpialas con toallitas desinfectantes antes de sentarte.
Kit de herramientas para viajes pandémicos
Para un viaje de verano, tendrás que llevar un gorro para protegerte del sol y zapatos cómodos. Pero en 2020 también necesitarás conocimientos básicos sobre la COVID-19.
Cuando salgas de casa, «lleva mascarilla, evita zonas abarrotadas, permanece a dos metros de los demás, lávate las manos o utiliza gel hidroalcohólico con frecuencia [y] evita tocar superficies públicas», recomienda la Dra. Lin H. Chen, presidente de la International Society of Travel Medicine y directora del Centro de Medicina del Viajero del Hospital Mount Auburn, afiliado a Harvard. Cuando estas cosas se conviertan en hábitos, no serán tan difíciles.
Utiliza la mascarilla de forma correcta. «Veo a muchas personas bienintencionadas que llevan mascarillas de forma inadecuada, con la nariz expuesta», afirma la Dra. Joyce Sanchez, especialista en enfermedades infecciosas y directora médica de la Travel Health Clinic en Froedert y del Colegio de Médicos de Wisconsin. «Como las gotículas se propagan mediante la boca y la nariz, hay que tapar ambas».

Cómo y dónde comer
Lo más seguro es preparar tu propia comida o pedir comida para llevar, pero también es posible comer en un restaurante. Sanchez señala que entre los factores de riesgo «figuran el entorno (al aire libre frente al interior), el tamaño y la circulación del aire del espacio, la cantidad de personas que comparten ese espacio y la cantidad de tiempo que pasas en ese espacio».
Así que opta por comer en una terraza donde estés a al menos dos metros de otros comensales y donde todos (trabajadores y clientes) lleven mascarilla, salvo para comer. Sanchez añade que, en la medida de lo posible, evita «horas punta para minimizar la cantidad de personas con las que compartes el espacio» y no te quedes demasiado tiempo.

También es importante vigilar a los camareros: es fácil propagar gérmenes si recogen un plato sucio de la mesa de al lado y después te traen la comida sin lavarse las manos. Los restaurantes donde los camareros se reparten las funciones de servir y recoger los platos tienen precios más altos, así como los que proporcionan equipo de protección a sus trabajadores. Vale la pena pagar esos precios. No olvides dar una buena propina: camareros, cocineros y friegaplatos están arriesgando sus vidas para traerte esa hamburguesa.

¿Y si enfermas mientras estás de viaje?
El Dr. William Lang, director médico de WorldClinic, añade que todos los viajeros necesitan un plan. «Asumir que no vas a contraer la COVID-19 no es un buen plan. ¿A quién llamas si te contagias de COVID-19?», pregunta. «Si la contraes, ¿cómo protegerás a tus seres queridos? ¿Tienes un plan para limitar su propagación? ¿Te has informado sobre el riesgo de tu destino?». Si viajas al extranjero, asegúrate de que tu seguro de viaje cubra los costes vinculados a la COVID-19. Viajar ya no es tan sencillo como reservar un vuelo o un hotel.
Aunque pudiéramos asegurarnos de que una prueba negativa quiere decir que no tienes COVID, podrías contagiarte al salir del centro de pruebas. Con todo, «hacerte la prueba cuando se acerque la fecha del viaje puede ayudarte a tranquilizarte y reducir las posibilidades de que estés infectado antes de viajar», afirma Malkin.
Johanna Read es una fotógrafa y escritora canadiense que se especializa en el turismo responsable. Es exdirectora de políticas del gobierno canadiense y ha trabajado en temas que oscilan de la pandemia de gripe a la determinación de los refugiados. Síguela en Twitter e Instagram.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.